El reportero David Beriain y el camarógrafo Roberto Fraile fueron asesinados por querer contar algo que no suele salir en los medios. La caza furtiva en Burkina Faso.
Una situación compleja y peligrosa que afecta a uno de los mayores paraísos naturales del continente africano, y que cubrirla, es un riesgo.
Los comunicadores españoles junto a un irlandés y un burkinés, fueron víctimas de una emboscada, aún no se sabe de quién (grupos armados, yihadistas, matones, ladrones que se llevaron su equipo), en la zona de Pama, mientras realizaban un reportaje para Movistar sobre la caza furtiva.

Santuario en peligro
Burkina Faso posee 41.158 km² de tierra protegida, destacan tres parques nacionales, cuatro reservas de fauna, un santuario de la naturaleza, una reserva de aves y un total de 60 bosques protegidos, además de otras zonas validadas con el reconocimiento internacional.
Una de ellas es el Complejo W-Arly Pendjari, también llamado Reserva Transfronteriza de la biosfera de W-Arly-Pendjari, compartido por Níger, Benín y la propia Burkina Faso, además de las zonas de caza de Koakrana y Kourtiagou, en Burkina Faso, y Konkombri y Mékrou, en Benín.
Fue en la reserva de Pama, en concreto, donde tuvieron lugar los hechos, es una de las de menor protección de todo el complejo, se encuentra en la provincia de Kompienga y tiene una superficie de 2.237 quilómetros cuadrados.
Y esa vulnerabilidad en su resguardo, por lo que el conjunto de zonas protegidas se han convertido en un nicho para los cazadores furtivos en los últimos tiempos. Un negocio ilegal que genera grandes fortunas para quienes la practican.
El búfalo, el roan, el león, el bubal hartebeest, entre otros están amenazados. Por ejemplo, por una colección del antílope real pueden pagar hasta 3.000 euros, y si se incluyen las tres especies más deseadas serían unos 13.000 euros.

Periodismo casado con la verdad
Los periodistas, no iban a lo loco, sabían la peligrosidad del terreno por eso el convoy llevaba escolta y se prepararon para evitar riesgos. Fueron a contarlo porque lo consideraban necesario.
Los dos informadores españoles iban con la ONG Wildlife Angel. Su misión era la protección de la fauna en todo el continente africano. Pama, por su enorme biodiversidad es uno de sus principales proyectos.
Fuente: Huffpost